
El agua ya es excesiva pero el viento ha causado auténticos estrágos. En casa, como cada vez que hay viento fuerte, otra vez ha volado el techo de gallinero y he tenido que subir allí para intentar arreglarlo de nuevo. Esta vez creo (cruzo los dedos) que ha quedado más fuerte y espero que resistirá mejor. Sin embargo, los pobres pinos en la colina frente a la casa no han podido aguantar el viento hurracanado que hizo hace poco. Tan bonitos que eran y el sonido que yo disfrutaba tanto cuando hacía viento, que sonaba a las olas en un mar movido. Pues así han quedado los pobres.

Poco ha quedado de unos árboles tan hermosos. Y como estos, tantísimos más.
Y sin embargo, la vida sigue. Se acerca la primavera y con ella la vida se renueva. Aquí hay unas muestras.
Los patos también están en ello, aunque de alguna manera ha aparecido un familia compuesta de dos patitos y un pollito!
Y a pesar de este tiempo gris, frío y triste, los almendros ya están en flor (lo que les queda de la flor después del viento - me temo que la cosecha de almendras será muy pobre.)
Ahora sólo falta un poco de sol.